Valentine Leroy- publicado el 29/06/22
El pequeño pueblo de Rocamadour (Lot) fue nombrado uno de los «pueblos más bellos de Francia» en junio de 2022. Este elegante santuario incrustrado en la roca sigue fascinando a miles de visitantes y peregrinos.
fuente: artículo de Aleteia del 29/06/2022
La asociación de los «pueblos más bellos de Francia», que se reunió en Seillans dans le Var los días 24 y 25 de junio de 2022, nombró a cuatro nuevos pueblos, entre ellos, Rocamadour (Lot). Catalogado ya como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el sitio histórico fue sometido a un exámen que incluye 27 criterios para formar parte de la lista. Sin embargo, para competir por este título, el pueblo tuvo primero que formar parte de una asociación que impone condiciones estrictas de admisión.
Rocamadour, construido en sucesivas etapas sobre un acantilado, atrae anualmente a un millón y medio de visitantes y peregrinos, deleitados por la belleza de sus casas y ermitas suspendidas sobre el cañón del Alzou, afluente de la Dordoña. Constituye un paso imprescindible en el camino a Compostela ; su santuario mariano fue construido en el siglo XII, dedicado a la Virgen Negra. Una afluencia masiva de peregrinos desde el siglo XII se ha dirigido hasta alli. Para dar la bienvenida a los numerosos visitantes, los benedictinos que ocuparon el lugar construyeron capillas y espacios de acogida. El oratorio de la estatua de la Virgen Negra está flanqueado por una gran basílica que se apoya en una iglesia en el subsuelo, la cripta. Diferentes capillas completan el lugar de oración: Sainte-Anne, Saint-Blaise, Saint-Jean-Baptiste, Saint-Michel. Los abades de Tulle hicieron construir asimismo un palacio.
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Restaurar y transmitir
El palacio del siglo XII está siendo objeto de una intensa restauración. Las obras, que comienzan a finales de 2022, requieren nada menos que cuatro años de trabajo y seis millones de euros de fondos privados: desde las estructuras centenarias hasta los pasillos y el suelo, cada elemento del castillo debe ser restaurado. El castillo y su jardín que han estado cerrados al público durante años, pronto se abrirán a los visitantes que podrán descubrir el pasaje «secreto» que conecta el palacio con la basílica situada a 80 metros en descenso.
